La crisis masculina
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El Desligue de nuestros comportamientos destructivosLa comprenión de nuestros comportamientos, el análisis de nuestros orígenes y el trabajo de duelo nos permiten identificar nuestros comportamientos destructivos. Ya no hay más a quien echarle la culpa de nuestros problemas. Aunque no seamos nosotros los generadores de los mismos, sí somos nosotros quienes buscamos las situaciones problemáticas. Una vez ahí, nuestros comportamientos alimentan la problemática haciendo círculos viciosos. La identificación de nuestros comportamientos destructivos nos permite desligarnos de ellos. Por ejemplo, uno puede tener tendencia a luchar por el problema de un amigo alcoholico. Esa es un comportmiento destructivo porque, por un lado, no nos permitimos conocer gente sana que no necesita ayuda y por otro lado, no permitimos a nuestro amigo salir adelante el solo, lo que hace más difícil su problema de alcoholismo. Desligarse de los comportamientos destructivos no significa abandonar a la persona amada, sino librarse de la tortura de invertir en esa persona a cambio de nada. No significa abandonar los proyectos que alimentan nuestro espíritu, sino desligarse de la tortura de invertir en proyectos irrealizables. Un proyecto irrealizable puede convertirse en una obsesión, el alcoholismo de un ser querido también puede convertirse en una obsesión. Una obsesión es un problema que no podemos resolver y que ocupa nuestra mente. El desligue del que hablo es precisamente de esas obsesiones que ocupan nuestra vida; ese caparazón que nos mantiene encerrados, inmóbiles.
Imagen 2: Momia de Pedijmenipet, Región de Thebas, 100-400, Museo de Louvre |