La crisis masculina
Maduración de niño a adulto


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La comprensión de nuestro comportamiento, emociones y reacciones

Muchos de los problemas que nos agobian son producto de nuestros propios comportamientos, emociones y reacciones. Es fácil echarle la culpa a los demás de lo que nos sucede. En lugar de culpar a nuestra pareja, el gobierno o la sociedad debemos analizarnos nosotros mismos y entender cuales son los mensajes que transmitimos, los que recibimos y como los interpretamos.

Al no conocernos nos dejamos llevar por los comportamientos de los demás. El analisis interior nos hará despertar de nuestro sueño y nos permitirá caminar sobre nuestros propios pies. No depender de otros que quiza tampoco pueden ver su realidad.

En lo particular he descubierto en mi un comportamiento de victima-héroe. Cuando no se hace lo que yo quiero y surge un problema, culpo a la persona que no quiso oir mis razones, en ese momento la persona en cuestión no sólo debe sentire culpable de haberse equivocado, sino también de haberme lastimado porque adopto una actitud de víctima. Casi siempre funciona, una vez que esta persona cede, entonces entro yo en acción para reparar el problema. Si me sale mal, no importa, de todos modos no era mi culpa; pero, si sale bien, entonces me convierto en el héroe de la escena al haber reparado el daño que estaba hecho. Mi inconciente me hace repetir esta actitud cuando se presenta un escenario parecido automáticamente.

No es fácil analizar y aceptar este tipo de comportamientos. Las actividades que me han ayudado en este proceso son:

Escribir un diario.

Un diario me permite imprimir mis sensaciones en papel para poderlas analizar en un momento determinado. Lo importante del diario es hacerlo con la frecuencia necesaria que uno registre los acontecimientos que depiertan ciertas actitudes destructivas en nosotros mismos. Es importante describir los escenarios, frases o acciones que crean en nosotros emociones que no podemos controlar. Por ejemplo, cuando mi esposa me decia que tenia la intención de marcharse, mi reacción era automáticamente de miedo a la soledad. Mi reacción me hacia actuar en forma violenta haciendo todo lo posible para que ella cambiara de idea. Esta reacción no me dejaba escuchar realmente lo que ella quería decir, que necesitaba tomar su vida en sus manos y bajo mi protección se sentía inútil. Es muy duro ver que las reacciones que uno tiene son dañinas para uno mismo y para los demás. Para mi era más cómodo pensar que mi reacción era para protegerla a ella (imagen de héroe) para que no tuviera que enfrentarse sóla a la vida si yo podía darle todo lo que necesitara. No podía entender como alguien tan bueno como yo podía ser rechazado. El problema estaba en que no entendía mi comportamiento y reacción ligados a mi miedo a la soledad hasta mucho tiempo después. El diario me ayudo a escribir muchas de las veces que hable con mi esposa sobre su posible partida y el miedo que sentí en cada una de las ocasiones.

Escribir mis sueños

Los sueños son la vía de comunicación de nuestro inconciente con nosotros mismos. Los sueños, asi como las reacciones no se pueden controlar, sólo se deben registrar y analizar. Lo importante de los sueños es, como en el diario, imprimir nuestros comportamientos y reacciones. Esto nos permite conocernos a fondo. En lo particular sueño con violencia, gente que se golpea o que se mata. Las escenas pasan ante mi claramente, yo estoy himnotizado por las imágenes, no me atrevo ni a huir, ni a participar en la escena. Con un poco de análisis he ligado esta violencia con la realidad de mi infancia en la ciudad de México en donde viví escenas de peligro muchas veces y que ahora son parte de mí e influyen en mis comportamientos y reacciones. El escribir los sueños nos hace tocar esa parte de nosotros que se desvanece instantes después de despertarnos, no es fácil hay que estar atentos a los sueños porque pasan muy rápido, aunque siempre regresan.

Seguir una terapia

Una terapia es la manera más inteligente, en la mayoría de los casos de conocerse a sí mismo. Un terapeuta es un profesional que pasa varios años de su vida en aprender como ayudarnos a enfrentar nuestros problemas. La diferencia de un profesional y un amigo, es que con el terapeuta no se crea una liga dependiente que nos hace caer en sobreprotección o simpatía. Estas características impiden el análisis objetivo de nuestros problemas. Para un amigo o un familiar es muy fácil ponerse de nuestro lado y facilitar las actitudes de víctima que son en general las que nos perjudican más. Una terapia quiza se debe tomar cuando el problema se nos ha salido de las manos, cuando sabemos que hagamos lo que hagamos, no podremos resolver solos nuestros conflictos.

La diferencia entre un psicólogo y un psiquiatra es que el psiquiatra podría tener una tendencia a tratar los problemas desde un punto de vista físico, es decir, enfermedades neurológicas. Ambos están capacitados para asistirnos en el psicoanálisis de nuestra propia personalidad.

Al ir entendiendo nuestra personalidad escondida, hay un choque. La realidad que no queremos ver se presenta. Nos asqueamos de una sensibilidad que consideramos sucia, aceptar nuestra parte femenina es hacer las pases con la homosexualidad. El rechazo inconcientemente de esta realidad es exteriorizada hacia nuestra pareja y hacia nuestra parte femenina que ha sido atrofiada. Preferimos vernos como el macho, aquel que guarda toda sensibilidad, todo sentimiento, aunque el esfuerzo lo vaya deformando sus músculos se contraen, su cuerpo se enreda atrapandose él mismo. La aceptación nos relaja, nos libera.

 

Lecturas sobre codependencia

Asi como las lecturas sobre identidad masculina son de extrema importancia, juzgo que el segundo tema más importante para salir de una crisis es la codependencia. La codependencia es la dependencia que se crea con una persona que es dependiente de otra cosa. Por ejemplo, un alcoholico es dependiente del alcohol porque no puede dominar su comportamiento con respecto a esta sustancia, una esposa o hijo de este alcoholico es codependiente porque su vida depende en forma indirecta de la dependencia de su ser querido. Al intentar ayudarlo se va hundiendo con él a tal grado que el alcohol puede llegar a afectar la vida del codependiente en la misma forma que al dependiente.

 

Imagen 1: Tumba de Philippe Pot, Borgoña, Fin del siglo XV, Museo de Louvre

Imagen 2: Los esclavos, Roma, Miguel Angel, 1513-1515, Museo de Louvre